APÉNDICE: SOBRE NUDOS
“Un régimen de signos no sólo tiene dos componentes. De hecho, tiene cuatro, que constituyen el objeto de la Pragmática. La primera era la componente generativa, que muestra cómo la forma de expresión, en un estrato lingüístico, siempre recurre a varios regímenes combinados, es decir, cómo todo régimen de signos o toda semiótica es concretamente mixta. Al nivel de esta componente, se puede hacer abstracción de las formas de contenido, pero tanto mejor cuanto que se pone el acento en las mezclas de regímenes en la forma de expresión: lo que no significa que exista predominio de un régimen que constituiría una semiología general y unificaría la forma. La segunda componente, transformacional, mostraba como un régimen abstracto puede traducirse en otro, transformarse en otro, y, sobre todo, crearse a partir de otros. Esta segunda componente es evidentemente más profunda, puesto que no hay ningún régimen mixto que no suponga tales transformaciones de un régimen a otro, ya sean pasadas, actuales o potenciales (en función de la creación de nuevos regímenes). Una vez más, se hace, o se puede hacer, abstracción del contenido, puesto que uno se limita a las metamorfosis internas a la forma de expresión, incluso si ésta es insuficiente para explicarlas. La tercera componente es diagramática: consiste en tomar los regímenes de signos o las formas de expresión para extraer de ellos signos-partículas que ya no están formalizados, sino que constituyen rasgos no formados, que pueden combinarse los unos con los otros. Este es el nivel de mayor abstracción, pero también el momento en el que la abstracción deviene real; en efecto, a ese nivel, todo pasa por máquinas abstractas reales (nombradas y fechadas). Y si se puede hacer abstracción de las formas de contenido es porque al mismo tiempo se debe hacer abstracción de las formas de expresión, puesto que sólo se retienen rasgos no formados de unos y de otros. De ahí lo absurdo de una máquina abstracta puramente lingüística. Esta componente diagramática es a su vez evidentemente más profunda que la componente transforma-cional: en efecto, las transformaciones-creaciones de un régimen de signos siempre pasan por la emer-gencia de máquinas abstractas siempre nuevas. Finalmente, una última componente específicamente maquínica debe supuestamente mostrar cómo las máquinas abstractas se efectúan en agenciamientos concretos, que proporcionan precisamente una forma distinta a los rasgos de expresión, pero no sin proporcionar también una forma distinta a los rasgos de contenido -estando las dos formas en presuposición recíproca, o manteniendo una relación necesaria no formada, que impide una vez más a la forma de expresión considerarse suficiente (aunque tenga su independencia o su distinción propiamente formal).
La pragmática (o esquizoanálisis) puede, pues, representarse por las cuatro componentes circulares, pero que brotan y hacen rizoma:
El conjunto de la pragmática consistiría en lo siguiente: hacer el calco de las semióticas mixtas en la componente generativa; hacer el mapa transformacional de los regímenes, con sus posibilidades de traducción y de creación, de brote en los calcos; hacer el diagrama de las máquinas abstractas utilizadas en cada caso, como potencialidades o como apariciones efectivas; hacer el programa de los agenciamientos que distribuyen el conjunto y hacen circular el movimiento, con sus alternativas, sus saltos y mutaciones.” (G. Deleuze y F. Guattari, Mil mesetas, pp. 147-148).